En el sector agroalimentario hablamos con frecuencia de plataformas, satélites, sensores y normativa digital. Pero en el día a día del campo, la digitalización empieza antes. Empieza con el tractor. Ese actor central de la actividad agraria es, hoy, también el primer recolector de datos sobre las labores que se realizan sobre el terreno y el responsable del registro automático de labores agrícolas.
Los tractores modernos —John Deere, New Holland, Claas, Fendt, Kubota, entre otros— están equipados con tecnologías que permiten un registro automático de labores agrícolas: superficie trabajada, localización GPS, dosis de aplicación, tipo de labor, velocidad, tiempos de trabajo o consumos.
Cada fabricante ofrece además su propia plataforma digital donde se almacenan estos datos (MyJohnDeere, PLM Connect, Claas Telematics…). El potencial de esta información es enorme: datos técnicos generados en tiempo real, vinculados a cada operación agronómica.
El problema es que esos datos, por sí solos, no bastan. En muchos casos no están conectados con el sistema SIGPAC, lo que impide vincular cada trabajo a la parcela concreta exigida por el cuaderno digital de campo. Tampoco se estructuran automáticamente para cumplir con los requisitos normativos (producto, dosis, cultivo, operador…).
La solución pasa por integrarlos de forma automatizada en un cuaderno digital que entienda su lenguaje técnico, legal y agronómico.
En este escenario, herramientas como Geofolia (el cuaderno de campo digital de ISAGRI) y TriskelKonnect ofrecen una solución concreta y funcional:
Gracias a esta integración, el agricultor o el técnico ya no tiene que rellenar el cuaderno “a mano” tras cada labor. El sistema reconoce la operación realizada, la vincula al recinto SIGPAC, interpreta la dosis aplicada, y genera automáticamente el registro normativo correspondiente.
Uno de los grandes retos de la digitalización es evitar que se convierta en una carga adicional. Si cada herramienta genera datos que hay que introducir manualmente, el resultado es frustración y duplicidad.
La integración tractor –TriskelKonnect – Geofolia permite:
Todo ello sin renunciar a la potencia tecnológica de los fabricantes, pero traduciéndola a un lenguaje práctico y legalmente válido.
El tractor puede decirnos cuánto ha trabajado, dónde y cómo. Pero eso no es trazabilidad si no sabemos en qué parcela lo ha hecho, con qué producto, ni si se ha respetado la dosis máxima permitida.
Gracias a TriskelKonnect, la información fluye desde la máquina hasta el cuaderno digital, sin necesidad de intervención manual. Y con Geofolia, el técnico o agricultor puede revisar, validar y usar esa información para justificar ayudas, cumplir auditorías o tomar decisiones agronómicas con fundamento.
El cuaderno de campo digital no empieza en una aplicación. Empieza sobre el terreno, con la primera labor. Y hoy, gracias a herramientas como TriskelKonnect y Geofolia, el tractor no solo genera datos, sino que permite el registro automático de labores agrícolas, estructurado y listo para cumplir con el cuaderno digital sin esfuerzo adicional.
No se trata solo de tener más tecnología, sino de que la tecnología se entienda entre sí. Y en esa interoperabilidad práctica está la clave de una digitalización útil, eficiente y al servicio del campo.
Porque al final, la trazabilidad no empieza en la nube. Empieza en la cabina del tractor.
El registro debe incluir información como el tipo de labor realizada, cultivo implicado, producto aplicado, dosis exacta, fecha de ejecución, operario responsable y ubicación georreferenciada (recinto SIGPAC). Esta estructura permite cumplir con las exigencias del cuaderno digital exigido por el MAPA y las comunidades autónomas.
TriskelKonnect se integra con los sistemas telemáticos de marcas líderes como John Deere (MyJohnDeere), Claas (Telematics), CNH (PLM Connect), entre otros. También ofrece compatibilidad con otros modelos que permitan exportación de datos en formatos estandarizados.
En casos donde el tractor no dispone de sistemas de recolección de datos, el usuario puede registrar manualmente las labores en plataformas como Geofolia. Estas soluciones permiten completar y estructurar la información, asegurando que todo el proceso cumpla con los requisitos legales y agronómicos.
Al registrar automáticamente cada labor, el técnico o agricultor obtiene una visión clara por parcela y fecha. Esto permite analizar patrones de uso, comparar eficiencias entre campañas, y tomar decisiones fundamentadas sobre fertilización, tratamientos o mejoras en maquinaria, maximizando la rentabilidad y sostenibilidad.
Se proyecta la integración de inteligencia artificial para prever labores recomendadas, alertas automáticas sobre restricciones normativas, integración directa con ayudas PAC y sincronización en tiempo real con sistemas autonómicos, eliminando el trabajo de validación manual.