La digitalización dejó de ser un concepto abstracto para convertirse en una realidad muy concreta en Baleares. En una jornada organizada el 25 de noviembre por ASAJA Balears, más de 130 personas —entre agricultores, técnicos, autoridades y representantes de empresas tecnológicas— se reunieron para hablar sin rodeos del cuaderno digital y del futuro del sector agrario en clave tecnológica.
En los últimos dos años, la obligatoriedad del cuaderno digital se ha ido posponiendo, lo que ha generado cierta incertidumbre y, en muchos casos, una posición expectante por parte de las organizaciones agrarias. En este contexto, la decisión de ASAJA Balears de apostar claramente por la digitalización y por herramientas como Geofolia tiene un mérito especial.
Aunque a nivel nacional la postura de ASAJA no ha sido siempre la misma, la organización balear ha decidido marcar perfil propio y avanzar. Para muchos dentro del sector, este paso supone un ejercicio de valentía: dejar de esperar a que “todo esté claro” y empezar a construir el futuro desde ya.
Gran parte de este giro se debe al impulso de Raquel Alonso, colaboradora en ISAGRI y responsable de digitalización en ASAJA Balears. Ya en septiembre, Raquel dejó claro ante la junta y la presidencia que hablar de digitalización exigía pasar de las palabras a los hechos.
Ese compromiso cristalizó en la organización de una jornada que, según los asistentes, fue “una maravilla”, no solo por el contenido, sino por la calidad del encuentro entre todos los actores implicados.
La jornada reunió a unas 130 personas, y el cupo tuvo que cerrarse porque había más interesados de los que se podían admitir. Entre los asistentes hubo:
Durante la jornada se abordó de forma muy directa el “miedo” generado alrededor del cuaderno de campo digital. Desde la Administración se transmitió un mensaje claro: lejos de ser una carga más, la digitalización está llamada a ser una herramienta de apoyo, acompañamiento y, en muchos casos, de supervivencia para las explotaciones agrarias.
Se insistió en que la digitalización no es solo una cuestión de software, sino de cultura. Igual que el sector ha ido cambiando en otros muchos aspectos a lo largo de los años, este es simplemente otro proceso de transformación que hay que asumir, trabajar y acompañar.
El programa se estructuró en ponencias de entre 15 y 20 minutos, dinámicas y enfocadas a la realidad del campo:
🚁 Drones y sus aplicaciones en agricultura, con participación de DJI, mostrando el potencial para la aplicación de productos fitosanitarios, aunque la normativa aún no lo permite de forma generalizada.
🧾 Cuaderno digital y proyectos piloto, presentados por la Dirección General de Agricultura, con colaboración de empresas como ISAGRI, que están jugando un papel clave en el impulso digital.
🤝 Colaboración público-privada, destacando la necesidad de remar en la misma dirección entre administraciones, asociaciones agrarias y empresas tecnológicas.
🚨 La presencia de la Conselleria de Movilidad fue relevante, especialmente en lo relativo a la futura regulación del uso de drones en Baleares, una cuestión especialmente sensible por la alta densidad de helipuertos en el territorio.
Desde la organización, la esperanza es que esta experiencia trascienda el ámbito balear. La apuesta de ASAJA Balears por desmarcarse y avanzar en digitalización podría servir de ejemplo para otras comunidades autónomas y organizaciones agrarias.
La jornada demostró que, cuando hay diálogo entre agricultores, administración, universidad y empresas tecnológicas, el discurso cambia: el cuaderno digital deja de ser un “monstruo normativo” y se convierte en una herramienta de modernización.
Para quienes participaron, fue un día intenso, gratificante y esperanzador: no solo por lo que se dijo, sino por lo que ya está empezando a ocurrir como consecuencia de ello.